Desde la farmacia Mónica Romero Martín os describiremos en qué consiste el ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV) . Ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe o se reduce significativamente. La falta de flujo sanguíneo al cerebro puede causar daño cerebral y, potencialmente, llevar a problemas de salud graves o incluso a la muerte.
Hay dos tipos principales de ictus:
- Ictus Isquémico: Este tipo de ictus es el más común y ocurre cuando un coágulo de sangre u otra obstrucción bloquea una arteria cerebral. Como resultado, una parte del cerebro deja de recibir oxígeno y nutrientes, lo que provoca daño cerebral. Los ictus isquémicos pueden ser causados por aterosclerosis (acumulación de placa en las arterias), coágulos de sangre (trombos) o embolias (coágulos que viajan desde otra parte del cuerpo).
- Ictus Hemorrágico: En este caso, se produce una hemorragia en el cerebro debido a la ruptura de un vaso sanguíneo. Esto puede deberse a la hipertensión arterial, aneurismas cerebrales, lesiones traumáticas o problemas en los vasos sanguíneos debilitados. La sangre liberada daña el tejido cerebral y aumenta la presión dentro del cráneo, lo que puede ser extremadamente peligroso.
¿CÓMO DETECTAR UN ICTUS?
Detectar un ictus a tiempo es fundamental, ya que un tratamiento rápido puede marcar la diferencia en la recuperación y minimizar el daño cerebral. Aquí hay algunos síntomas comunes de un ictus y cómo puedes reconocerlos:
- Dificultades para hablar: La persona puede tener dificultades para hablar o pronunciar palabras de manera clara y coherente. Puede sonar confuso o incoherente.
- Dificultades para entender el habla: La persona puede tener problemas para comprender lo que los demás están diciendo. Puede parecer desorientada o incapaz de seguir una conversación.
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo: La persona puede experimentar debilidad repentina en un brazo, pierna o la mitad de su cuerpo. Pueden ser incapaces de levantar un brazo o sostener objetos.
- Problemas de visión: La visión puede verse afectada repentinamente en uno o ambos ojos. La persona puede experimentar visión borrosa, doble o pérdida de visión en uno de los ojos.
- Dolor de cabeza severo y repentino: Un dolor de cabeza muy intenso y repentino, a menudo descrito como el “peor dolor de cabeza de mi vida”, puede ser un síntoma de un ictus.
- Mareos o pérdida de equilibrio: La persona puede sentirse mareada o tener dificultades para mantener el equilibrio o caminar.
- Confusión súbita: La persona puede volverse confusa, desorientada o tener dificultades para comprender lo que está sucediendo a su alrededor.
¿CÓMO ACTUAR SI LO DETECTAMOS?
Si hay sospecha de que alguien cercano a ti está experimentando un ictus, es importante actuar con rapidez. Puedes seguir el acrónimo “FAST” para ayudarte a recordar los pasos a seguir:
- F (Face – Cara): Pídele a la persona que sonría. Si una mitad de la cara parece caerse o es asimétrica, puede ser un signo de ictus.
- A (Arms – Brazos): Pide a la persona que levante ambos brazos. Si un brazo cae o no puede mantenerlos en alto, es una señal de un posible ictus.
- S (Speech – Habla): Pídele a la persona que repita una frase sencilla. Si su habla está distorsionada o incoherente, esto puede ser un síntoma de ictus.
- T (Time – Tiempo): Si observas cualquiera de estos síntomas, llama inmediatamente al servicio de emergencias o al número de atención médica de urgencia de tu país. El tiempo es crítico en el tratamiento del ictus.
Recuerda que estos síntomas pueden variar de una persona a otra y que no todos los ictus se presentan de la misma manera. Siempre es mejor buscar atención médica de inmediato si tienes alguna sospecha de ictus, incluso si no estás seguro. El tratamiento oportuno puede salvar vidas y reducir las secuelas.
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