Aprovechando que hoy es el Día Mundial de la Disfagia, desde la Farmacia Mónica Romero Martín os explicaremos brevemente en qué consiste esta enfermedad.
La disfagia es un término médico que se utiliza para describir la dificultad para tragar alimentos, líquidos o saliva.
Esta dificultad puede estar relacionada con problemas en cualquiera de las fases del proceso de la deglución, que incluye:
- La fase oral (preparación y transporte del alimento en la boca),
- La fase faríngea (paso del alimento a través de la garganta)
- La fase esofágica (paso del alimento a través del esófago hacia el estómago).
TIPOS DE DISFAGIA
Existen dos tipos principales de disfagia, que se diferencian según la fase del proceso de la deglución en la que se experimentan problemas:
- Disfagia orofaríngea: Este tipo de disfagia afecta la fase oral y faríngea de la deglución, que incluye la preparación del alimento en la boca y su paso a través de la garganta. Las personas con disfagia orofaríngea pueden experimentar dificultades para tragar alimentos sólidos o líquidos, lo que a menudo se manifiesta como atragantamiento, tos o sensación de obstrucción en la garganta. A su vez, puede ser motora o sensitiva.
- Disfagia esofágica: Este tipo de disfagia se produce en la fase esofágica del proceso de la deglución, cuando el alimento se mueve desde la garganta al esófago y, finalmente, al estómago. La disfagia esofágica se caracteriza por la sensación de que los alimentos se quedan atascados en el esófago o que tienen dificultades para descender al estómago. Puede ser causada por estrechamientos del esófago, tumores, inflamación u otros problemas estructurales en esta parte del tracto digestivo. Pueden diferenciarse 2 tipos: mecánica o funcional.
¿POR QUÉ APARECE LA DISFAGIA?
La disfagia puede ser causada por una variedad de condiciones médicas y problemas que afectan el proceso de la deglución.
Algunas de las causas más comunes de la disfagia incluyen:
- Estrechamiento o bloqueo del esófago: Puede ser el resultado de una inflamación, cicatrización, tumores o la presencia de cuerpos extraños.
- Enfermedades neuromusculares: Trastornos que afectan los músculos y nervios involucrados en la deglución, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la miastenia gravis o la distrofia muscular.
- Enfermedades gastrointestinales: Afecciones como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), esofagitis, divertículos, acalasia, o tumores en el tracto gastrointestinal.
- Enfermedades neurológicas: Accidentes cerebrovasculares, enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson, y lesiones en el sistema nervioso central pueden afectar la función de la deglución.
- Infecciones: Infecciones en la garganta, la boca o el esófago, como la candidiasis, pueden causar disfagia.
- Daño por radiación: La radioterapia en la cabeza o el cuello, utilizada en el tratamiento del cáncer, puede dañar los tejidos y causar dificultad para tragar.
- Cirugías previas: Algunas intervenciones quirúrgicas en la cabeza, el cuello o el sistema digestivo pueden afectar la deglución.
- Efectos secundarios de ciertos medicamentos: Algunos medicamentos pueden causar sequedad en la boca o efectos secundarios que dificultan la deglución.
- Traumatismo: Lesiones en la cabeza, el cuello o el tórax pueden dañar las estructuras involucradas en la deglución.
¿TIENE TRATAMIENTO?
El tratamiento de la disfagia depende de su causa subyacente y puede incluir terapia de deglución, modificaciones en la dieta, medicamentos o procedimientos médicos. Si experimentas dificultades para tragar, es importante buscar atención médica para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
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