Cada año, el 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ictus, una fecha clave para crear conciencia sobre una de las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo. También conocido como accidente cerebrovascular (ACV), el ictus ocurre cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe, causando daño en las células cerebrales. Entender los síntomas, los factores de riesgo y las medidas de prevención puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre una recuperación completa y la discapacidad permanente.
¿Qué es un ictus?
El ictus es una emergencia médica que se presenta de dos formas principales:
- Ictus isquémico: El más común, representa aproximadamente el 85% de los casos y se produce cuando un coágulo de sangre bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro, cortando el flujo sanguíneo.
- Ictus hemorrágico: Ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, lo que provoca sangrado en el tejido cerebral. Es menos frecuente, pero más letal.
En ambos casos, el resultado es el mismo: sin suficiente oxígeno y nutrientes, las células cerebrales comienzan a morir, lo que puede afectar funciones como el movimiento, el habla, la memoria e incluso las emociones.
La importancia del Día Mundial del Ictus
El Día Mundial del Ictus fue establecido por la World Stroke Organization (WSO) con el objetivo de aumentar la conciencia sobre la prevención, el tratamiento y la recuperación del ictus. A nivel global, más de 13 millones de personas sufren un ictus cada año, y aproximadamente 5,5 millones mueren como consecuencia de este. En países de ingresos bajos y medios, la incidencia del ictus ha aumentado drásticamente en las últimas décadas.
Esta jornada es una oportunidad crucial para educar a la población sobre cómo reconocer los signos de un ictus y qué hacer en caso de que ocurra, ya que la rapidez en el tratamiento es clave para reducir el daño cerebral.
Síntomas del ictus: Actuar rápido salva vidas
Reconocer los síntomas de un ictus es vital, ya que cada minuto cuenta para evitar daños mayores en el cerebro. La mejor manera de recordar los signos es mediante la regla “FAST”, que en inglés significa rápido, pero que también es un acrónimo para identificar los síntomas clave:
- F – Face (Cara): ¿Se ha caído un lado de la cara? ¿Puede sonreír la persona?
- A – Arms (Brazos): ¿Puede levantar ambos brazos? ¿Uno de ellos se debilita o cae?
- S – Speech (Habla): ¿Tiene dificultades para hablar? ¿Habla de forma confusa o ininteligible?
- T – Time (Tiempo): Si observas cualquiera de estos síntomas, llama a los servicios de emergencia de inmediato. Cuanto más rápido actúes, más posibilidades habrá de minimizar el daño cerebral.
Factores de riesgo y prevención del ictus
Existen varios factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrir un ictus, algunos modificables y otros no:
Factores modificables (prevenibles)
- Hipertensión arterial: Es el principal factor de riesgo para el ictus, y su control adecuado puede reducir significativamente el riesgo.
- Fumar: El tabaquismo daña los vasos sanguíneos y acelera el endurecimiento de las arterias, aumentando el riesgo de ictus.
- Diabetes: El mal control de los niveles de azúcar en sangre puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar la posibilidad de coágulos.
- Colesterol elevado: El exceso de colesterol en sangre puede causar la acumulación de placas en las arterias y dificultar el flujo sanguíneo.
- Obesidad y sedentarismo: Mantener un peso saludable y hacer ejercicio regularmente ayuda a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol.
Factores no modificables
- Edad: El riesgo de sufrir un ictus aumenta significativamente a partir de los 55 años.
- Antecedentes familiares: Si tienes familiares que han sufrido ictus, es posible que tu riesgo sea mayor.
- Sexo: Aunque el ictus afecta tanto a hombres como a mujeres, estas últimas suelen tener peores resultados tras sufrir uno.
Prevención: Cambios en el estilo de vida
La buena noticia es que hasta el 80% de los ictus son prevenibles. Adoptar hábitos saludables puede marcar una gran diferencia:
- Mantén una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, granos enteros y baja en grasas saturadas y azúcares.
- Haz ejercicio regularmente. Incluso 30 minutos de actividad moderada al día pueden reducir el riesgo de ictus.
- Deja de fumar. El tabaco daña los vasos sanguíneos, y dejar de fumar puede reducir el riesgo en cuestión de años.
- Modera el consumo de alcohol, ya que el exceso de alcohol puede elevar la presión arterial.
- Controla la presión arterial y el colesterol con revisiones médicas regulares.
Cómo puedes participar en el Día Mundial del Ictus
El 29 de octubre, muchas organizaciones alrededor del mundo organizan campañas para sensibilizar a la población sobre el ictus, sus síntomas y la importancia de la prevención. Aquí algunas formas de involucrarte:
- Infórmate y comparte información. Habla con tus amigos, familiares y colegas sobre cómo identificar los signos de un ictus y qué hacer si ocurre.
- Participa en eventos locales. Muchas ciudades organizan charlas, caminatas y otros eventos para concienciar sobre el ictus.
- Consulta a tu médico. Si tienes factores de riesgo, este día es una buena ocasión para hablar con tu médico sobre cómo reducir tus probabilidades de sufrir un ictus.
Conclusión
El Día Mundial del Ictus nos recuerda que la prevención y la educación son las herramientas más poderosas para combatir esta afección que impacta a millones de personas cada año. Saber reconocer los síntomas, actuar con rapidez y llevar un estilo de vida saludable puede no solo prevenir un ictus, sino también salvar vidas. Este 29 de octubre, toma un momento para informarte, cuidar tu salud y apoyar la causa del ictus. ¡La prevención está en nuestras manos!
Equipo Mónica Romero #AndrésNebot.