La artritis y la artrosis son dos enfermedades muy comunes que vamos a encontrar en casi la totalidad de la población a medida que va envejeciendo.
En este blog de #farmamromero explicaremos en qué consiste cada una y sus diferencias.
ARTRITIS
La artritis, como su propio nombre indica, es la inflamación de una o más articulaciones del organismo de un individuo. Al producirse esta hinchazón aparece el dolor y un aumento del calor en la zona afectada.
Las articulaciones inflamadas verán disminuida su movilidad y en casos severos pueden incluso apreciarse deformaciones a nivel articular.
Existen una gran cantidad de tipos de artritis. A continuación, nombraremos algunos:
- Artritis reumatoide. Provocada por fenómenos de autoinmunidad. Puede afectar a todas las articulaciones, provocando inflamación de los cartílagos y la membrana sinovial alrededor de las uniones de los huesos.
- Artritis infecciosa. Producida por una infección de tipo vírico, bacteriano, micótico o parasitario.
- Artritis neuropática. Aparece por lesiones en el sistema nervioso.
- Artritis reactiva. Aparece tras una infección intestinal, genital o urinaria.
- Artritis por microcristales. La padecerán las personas afectadas de gota.
Posteriormente, pasaremos a describir los posibles tratamientos, que irán en función de la artritis que se presente. Dichos tratamientos buscarán reducir la inflamación, aliviar el dolor y ralentizar el avance de la artritis.
Para poder obtener una disminución de las molestias podremos utilizar medicamentos:
- Antiinflamatorios (ibuprofeno, dexketoprofeno , diclofenaco…).
- Analgésicos (paracetamol, metamizol…)
- Condroprotectores (condroitina, glucosamina…). Los cuales ejercen una actividad regeneradora sobre la deteriorada articulación al tiempo que los antiinflamatorios reducen la inflamación y el dolor, y pueden devolver la movilidad a la articulación.
ARTROSIS
La artrosis es un trastorno articular frecuente que suele aparecer en torno a los 50 años de edad. Se presenta con más frecuencia en las manos, caderas y rodillas.
En la artrosis, el cartílago que presenta la articulación por dentro empieza a deteriorarse y el hueso subyacente comienza a cambiar.
Existen diversos factores de riesgo como son: edad, raza, genética, obesidad, lesión articular y género.
El tratamiento no supondrá la cura de la enfermedad, pero si la hará más llevadera disminuyendo la sintomatología. Además de tratamiento farmacológico con antiinflamatorios y analgésicos, deberemos aumentar la actividad física, realizar ejercicios de fortalecimiento muscular con ayuda de una fisioterapeuta y, en casos más graves, podremos acabar decantándonos por el uso de muletas o llevar a cabo una cirugía.
Por lo tanto, la diferencia entre ambas patologías es que la artritis es una inflamación que afecta a la membrana sinovial, un tejido firme y elástico que recubre el interior de las articulaciones, mientras que la artrosis es una enfermedad crónica que consiste en la degeneración del cartílago que recubre las superficies óseas de la articulación.
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